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[diaz] octava audiencia

Génova, 9 de noviembre del 2005

Hoy es realmente el primer día del juicio ya que testimonia la primera de los 93 arrestados de la escuela diaz. La joven alemana L. fue golpeada hasta dejarla ensagrentada y casi inconsciente en el último piso del edificio y después lanzada por las escaleras mientras recibía patadas, escupitajos, porrazos y burlas. Volvió a su casa con 30% menos de volumen pulmonar, fracturas, lesiones en la cabeza y en los músculos de las piernas, hematomas en todo el cuerpo, sin olvidar el schock recibido y sus consecuencias.

Mientras ella testimonia los abogados de la defensa adoptan la misma actitud que en las audiencias preliminares, aceptando como legítimas las acciones perpetradas por sus clientes, los golpes, los actos de violencia, los arrestos ilegales. Evidentemente consideran que el proceso es un teatrillo inútil que confirmará quién tiene razón y quién se equivoca.

Entre los reventadores del exámen el premio a la antipatía y a la simpatía facha va a Romanelli, Porciani, Corini (en orden riguroso). Porciani roza el ridículo cuando intenta evitar que el fiscal muestre fotos de L. después de los hechos de la diaz, presentando motivos que parecen jurídica- y humanamente inútiles (como poco).

Durante el careo, el abogado Romanelli intenta jugar con la traducción para que L. caiga en contradicciones. Desafortunadamente no lo consigue, se queda con las ganas y es regañado por el presidente del tribunal.
Después le toca el turno a Porciani. Intenta hacer decir a L. que en la Diaz había un ejercito de blak block dispuestos a hacer la guerra, pero se pone en obvio ridículo cuando intenta hacer a la testigo definir la palabra "seguro". Prueba a hacerla vacilar sobre los uniformes pero también él es ostentosamente rechazado. El correcto abogado Libone, sustituto de DiBugno intenta indagar otra vez sobre las manifestaciones, de manera irrelevante pero probablemente con el objetivo de guardarse algun cartucho espectacular.
Después de los logros de Porciani, el fiscal en pleno arranque, muestra los uniformes del grupo VII en acción (a golpe limpio en la calle) también para hacer comprender al tribunal de que clase de gente se está hablando.

Una vez libre de las garras de la defensa, el fical pide y obtiene el derecho, a pesar de las objecciones de la defensa, de enseñar dos videos que muestran el estado de los edificios trás la perquisición. Nosotros hubieramos propuesto que esta última parte de la audiencia la comentara algun testigo para no hacer transcurrir imágines mudas y que puedan ser interpretadas en el sentido de la defensa, cuando su sentido es unívoco e indudable (y quien allí estaba, lo sabe muy bien).

Diremos que en esta audiencia la defensa ha tenido que encajar y llevar a casa un bonito paquete con el cinturón oscuro del grupo VII como lazo. Esperemos que les guste como regalo y que resulte extremadamente indigesto.

hasta la próxima.